Priscila Verdugo: Cuando se pierde una lengua se pierde todo el bagaje cultural que nos representa como pueblo

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Ciudadanos diversos y juntos para lograr acuerdos mínimos que, en confianza, empatía y respeto, permitan una recuperación justa y sostenible del Ecuador.

ENTREVISTA

“Exhorto a la reflexión de que la lengua materna permite construir la identidad de los grupos de hablantes y sus procesos culturales. Todos tenemos un compromiso con este patrimonio intangible”.

El dato: En Ecuador existen 14 lenguas originarias, cada una de las cuales preserva la memoria de un pueblo, su cultura y creencias. 

Algunos significados:

‘Cuando se pierde una lengua se pierde todo el bagaje cultural que nos representa como pueblo’

Las lenguas definen la identidad de una nación y representan un acervo de conocimiento irremplazable. En Ecuador existen 14 lenguas originarias, cada una de las cuales preserva la memoria de un pueblo, su cultura y creencias. 

Según datos de la UNESCO, a nivel mundial cada dos semanas desaparece una lengua y con ello todo su patrimonio cultural e intelectual. Al menos el 43% de las más de 6.000 lenguas que se hablan en el mundo están en peligro de extinción.

Este 21 de febrero se celebra el Día Internacional de la Lengua Materna, una fecha que tiene una importancia particular para nuestro país. Conversamos con Priscila Verdugo, investigadora de la lingüística documental de la Universidad del Azuay, sobre la necesidad de rescatar y revitalizar las lenguas ancestrales.

¿Qué pierde un país cada vez que se extingue una de sus lenguas originarias? Acaba de suceder en Chile, pero también existen casos en Ecuador.

Cuando se pierde una lengua no solamente se pierde la lengua, se pierde toda la cultura y el bagaje que tiene. Se pierden las costumbres, las tradiciones, las vivencias, las experiencias de ese grupo de hablantes. En el Ecuador tenemos el caso de la lengua ‘cañari’ de la cual quedó antroponimia y toponimia, pero no tenemos registros que nos permitan reconstruir la lengua desde el punto de vista sintáctico. En este sentido, tenemos que intentar preservar y proteger a las lenguas que están en peligro y en retroceso.

¿Cómo hacerlo?

La forma en la que debemos incentivar su valor es motivando a los jóvenes nativo-hablantes a que mantengan sus lenguas originales. Esto significa volver a las comunidades indígenas y hacer un trabajo desde adentro con líderes comunitarios, con lingüistas propios de cada lugar. Hay que formar a las nuevas generaciones en el sentido de valorar su lengua y la cultura nativa a la cual pertenecen.

Ahora las nuevas tecnologías, las redes sociales y la globalización de la información pueden ayudar a mantener vivas las lenguas…

Efectivamente. En algunas comunidades indígenas ya tenemos grupos de jóvenes que están cargando celebraciones, fiestas, bailes tradicionales y relatos orales a sus redes sociales como Facebook o Youtube. Esto nos permite mantener viva a la lengua y nos facilita su preservación.

La Academia también debe involucrarse en este proceso. ¿Qué están desarrollando desde la Universidad del Azuay?

Desde hace algún tiempo, la Universidad del Azuay está trabajando en un proyecto de documentación lingüística en tres comunidades del sur del país: Shiña, Chuquidel y Quilloac. Hemos podido documentar interacciones verbales con diferentes grupos de hablantes, en diversas situaciones. Lo hacemos con miras a revitalizar las lenguas, en este caso el quichua, en sitios donde posiblemente se evidencian situaciones de retroceso o de pérdida de la cultura.

Todo este material se encuentra ya en una plataforma web llamada DYAC, un repositorio virtual abierto al público al cual se puede acceder sin restricción alguna y en el que los investigadores pueden depositar todos los recursos que se han producido en su proceso investigativo.

Pensar en documentación es pensar no solo para hoy o para mañana, sino en el tiempo. Es decir, que esta información pueda ser recuperada a largo plazo y que sirva para propósitos investigativos. En ese sentido, la Universidad del Azuay está comprometida con las lenguas nativas del Ecuador y seguiremos trabajando en esta vía.

Entonces, ¿es vital dialogar sobre la preservación de la lengua materna en nuestro país?

Exhorto a la reflexión de que la lengua materna permite construir la identidad de los grupos de hablantes y sus procesos culturales. Considerando que somos un país multilingüe, todos tenemos un compromiso con este patrimonio intangible. Debemos proteger nuestras lenguas indígenas porque ahí está todo el bagaje cultural que nos representa como pueblo.

SOBRE LA AUTORA

Gabriela Montero es consultora en comunicación estratégica y periodista con más de diez años de experiencia. Desde el 2010 ha trabajado en productoras de televisión, instituciones públicas y medios de comunicación.